La historia de Ucrania
En el año 882 con el establecimiento de la Rus de Kiev habitada por diversas tribus de eslavos orientales, principalmente por los rutenos y Ucrania fue el centro del área habitada por este grupo.
La Rus de Kiev se convirtió en el Estado más grande y poderoso de Europa.
Kiev, hoy la capital de Ucrania, era la ciudad más grande y con más población del continente en esa época.
No se conoce mucho acerca de la Rus de Kiev debido a que, tras su invasión por parte de los mongoles en 1256, el estado fue reducido a cenizas.
Tras la desintegración de la Rus de Kiev, uno de sus principados, el Principado de Galicia-Volinia, se convirtió en el Reino de Rutenia o Reino de la Rus y continuó la jerarquía de la Rus de Kiev.
En 1349, el Reino de Rutenia se unió a Lituania formándose así el Gran Ducado Lituano, Ruteno y Aukštaitija.
Con el fin de la dinastía Jagellón, el territorio de Rutenia o Ucrania se incorporó a la República de las Dos Naciones en 1569; en un tratado posterior se acordó el establecimiento del Gran Ducado de la Rus o Gran Ducado de Rutenia, pero debido al deseo de los cosacos del Sich de Zaporozhia de establecer un Estado independiente, en 1648 tras la rebelión de Jmelnitski se formó el Hetmanato cosaco o la Ucrania cosaca.
Tras unas décadas de prosperidad, el Hetmanato fue dividiéndose gradualmente entre la República de las Dos Naciones y el Zarato moscovita (desde 1721 Imperio ruso), hasta el año 1772 cuando el Hetmanato desapareció por completo.
En el territorio de Ucrania ocupado por el Imperio ruso, la población y cultura ucraniana fue discriminada, intentando hacer desaparecer el idioma ruteno o ucraniano antiguo (véase: Anexo:Actos contra el idioma ucraniano), prohibiendo la literatura, la música y las misas en ucraniano.
También se organizó la emigración masiva de población ucraniana a lugares remotos del imperio, lo que después daría lugar a la aparición de las colonias de Ucrania Verde, Ucrania Gris o Ucrania Amarilla.
La ruptura del Imperio ruso tras la Revolución de Febrero de 1917 dio lugar a la Guerra de independencia de Ucrania, de la cual surgió la República Popular Ucraniana, la República Popular de Ucrania Occidental, el II Hetmanato y la República de Jolodnoyarsk.
En el transcurso de la guerra, Ucrania Occidental se unificó con Ucrania en 1919, la cual en la conferencia de Paz de París de 1919 reclamaba todo el territorio en el cual la población ucraniana representaba una mayoría: el territorio de la actual Ucrania, Kubán e importantes regiones de la actual Bielorrusia y Federación de Rusia.
Como resultado de la guerra de independencia, la República Popular Ucraniana fue derrotada y su territorio fue repartido principalmente entre Polonia y la Unión Soviética, que asignó un muy reducido territorio a la República Socialista Soviética (RSS) de Ucrania en 1921.
En 1922, la RSS de Ucrania fue una de las repúblicas fundadoras de la Unión Soviética mediante la firma del Tratado de Creación de la URSS.
En la época de la Unión Soviética (1922-1991), en mayor medida que en el Imperio ruso, la población ucraniana fue afectada con limpiezas étnicas como el Holodomor en 1933, donde murieron entre 4 millones y 12 millones de ucranianos y el idioma ucraniano fue suprimido en gran medida en los años siguientes de la rusificación de Ucrania, razón por la cual hay tantos rusohablantes en Ucrania en la actualidad.
El movimiento nacionalista ucraniano pasó a la clandestinidad, teniendo importancia entre los años 1942 y 1956 con el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), que intentó establecer un Estado independiente combatiendo a la invasión nazi y a los soviéticos sin éxito.
En 1945, la RSS de Ucrania se convirtió en uno de los miembros fundadores de la ONU.
Ucrania se convirtió en un Estado independiente el 24 de agosto de 1991, tras el intento de golpe de Estado en la Unión Soviética que condujo finalmente a la disolución de la Unión Soviética en diciembre del mismo año.
Desde entonces está en un proceso de transición de «descomunización» hacia una economía de mercado y un Estado democrático.
Este proceso llevó a una inmediata depresión económica en la década de los años noventa.
Con el comienzo del siglo XXI, Ucrania comenzó a recuperarse económicamente y empezó a moverse hacia una democracia libre con manifestaciones como Ucrania sin Kuchma en 2001 y la Revolución naranja en 2004.
Hasta 2007, la economía de Ucrania creció sosteniblemente, siendo uno de los países más prometedores en cuanto a crecimiento económico; sin embargo, a partir de la gran recesión de 2008, padeció una segunda depresión económica.
¿ POR QUE LO INVADIO RUSIA ?
En 2013, tras la decisión del presidente Víktor Yanukóvich de rechazar el largamente negociado Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea y, por el contrario, estrechar relaciones con la Federación de Rusia para ingresar en la Unión Aduanera Euroasiática, dio comienzo una serie de protestas, principalmente en Kiev, conocidas como el Euromaidán, que reunió a más de un millón de manifestantes de toda Ucrania.
Debido a las crecientes tensiones entre los manifestantes y las fuerzas especiales antidisturbios (los bérkuts) que culminaron con el fusilamiento de estudiantes, empezaron enfrentamientos que dejaron centenares de muertos. Con el éxito de los manifestantes del Euromaidán, Víktor Yanukóvich y su gobierno huyeron a la Federación de Rusia.
Tras la huida de Yanukóvich, la Rada Suprema tomó el control del país y Oleksandr Turchínov asumió la coordinación del Gobierno y la presidencia del Parlamento. Ucrania se encontraba totalmente desestabilizada y sus fuerzas armadas se encontraban incomunicadas, situación que fue aprovechada por la Federación de Rusia para ocupar y anexar Crimea y empezar una operación híbrida para ocupar el este-sur de Ucrania, lo que dio lugar a protestas prorrusas en Lugansk, Donetsk, Járkov, Odesa, Dnipró y otras ciudades del este de Ucrania.
Tras la elección de un gobierno interino, Oleksandr Turchínov decidió no organizar y movilizar a las fuerzas armadas para recuperar Crimea debido a que solo contaba con 5000 soldados, por lo que se decidió desplegar al ejército en el resto de las fronteras de Ucrania por riesgo a una posible invasión rusa.
Con el auge de las protestas en Lugansk, Donetsk y Járkov, los separatistas prorrusos declararon la independencia respecto de Ucrania, lo que dio comienzo a la guerra en el Donbás el 6 de abril de 2014.
Ante la debilidad de las Fuerzas Armadas de Ucrania al principio de la guerra, el frente ucraniano estaba formado principalmente por voluntarios, hasta la elección de Petró Poroshenko en las elecciones presidenciales de 2014, cuando las fuerzas armadas empezaron a movilizarse.
Las tropas ucranianas consiguieron recuperar la mayor parte del territorio ocupado por separatistas.
Con la firma del protocolo de Minsk a finales de 2014, el conflicto se congeló, aunque los disparos no cesaron, cobrándose la vida de más de 13 000 ucranianos.
Desde entonces las Fuerzas Armadas de Ucrania están siguiendo un proceso de modernización según los patrones de la OTAN, siendo en 2019 el tercer ejército más grande de Europa, con un personal total de 1 246 445 soldados.10 Por otra parte, el 1 de junio de 2016 Ucrania firmó un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
En 2020, Ucrania ocupaba el 74° puesto en el IDH (índice de desarrollo humano) de 189 países y, junto con Moldavia, mostraba el menor producto interno bruto a valores de paridad de poder adquisitivo (PPA) per cápita de Europa (véase Anexo:Países por PIB (PPA) per cápita).
Sufre una tasa de pobreza muy alta, así como una corrupción muy extendida; sin embargo, debido a sus extensas tierras de cultivo fértiles, Ucrania es uno de los mayores exportadores de cereales del mundo.
Ucrania es un país exportador de energía; por ejemplo, en 2011, el 3,3 % de la electricidad producida se exportó, pero también es uno de los mayores consumidores de energía de Europa.
A partir de 2011, el 47,6 % de la generación eléctrica total provino de la energía nuclear.
La central nuclear más grande de Europa, la central nuclear de Zaporiyia, se encuentra en Ucrania.
Y, esto es lo que el presidente ruso Vladimir Putin ha utilizado como pretexto para invadir el antiguo país ruso, del que ambiciona sus reservas energéticas, nucleares y solares, para seguir exportándolas a Europa y para garantizar su propio abastecimiento.
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